Hace unos 3000 años, en los turbulentos comienzos de
la historia escrita, surgió un nuevo poder, una nueva civilización.
Aquellos que dominaron primero el hierro, se convirtieron
en los verdaderos dueños de Europa: los celtas.
Los celtas eran un pueblo muy singular, con el
tiempo llegaron a dominar el noroeste de Europa y su influencia, especialmente
en el arte, ha permanecido hasta nuestros días. Sin embargo, en ningún momento
durante su esplendor, desarrollaron el instinto de identidad nacional. Es más,
solían tratarse entre ellos con la misma beligerancia(Cualidad de beligerante) con la que lo hacían con
los forasteros.
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